El maravilloso paro nacional iniciado 21 de noviembre
desembocó en una actividad artística el pasado 8 de diciembre en el que varios
cantantes actuarían en 4 escenarios (1 móvil). El amplio y también criticado
listado, incluía al grandioso Edson Velandia, siendo realmente el artista más
significativo que motivará escribir esta entrada es este blog.
Sin embargo, al estar en el escenario móvil descarte
inmediatamente poder verlo.
Llegué a las 11 AM al parque de los hippies. Estaba lleno,
la séptima completamente ocupada. Quede ubicado en el costado sur-norte, bastante
alejado. El sonido era muy malo, es decir, se quedaba corto para la cantidad de
gente, y pues son 4 canales y ya.
Los primeros que veo es a Los Petit Fellas. Será la primera
vez que los vea. Su sonido es extraño, pero me produce cierto interés. Arrancan
con el saxo y se me desinfla todo, me rayé de una porque ese “ambient” no me
gusta.
La gente canta, conocen sus canciones y las corean, yo me
voy acostumbrando al sonido. El vocalista empieza a rapear con fuerza y eso si
me agrada, es joven, esta cantando con rabia, es lo que espero de un concierto
en el paro.
Los Fellas fueron de menor a mayor y entiendo porque gustan
tanto, están contentos de estar tocando para tanta gente, al final es algo
histórico y ellos aún tienen esa rebeldía.
Después de un grupo de música andina y de la canción del
colectivo feminista basado en La Tesis chilena, finalmente me pude ubicar mucho
mejor. Justo para la presentación de Odio a Botero.
A OAB no lo veía desde hace muchos años, quizás en un RAP.
Ahora cantaban con la tercera reencarnación de Carolina Cantor, y si bien, no
lo hace para nada mal, nunca podría llegarme.
Abrieron con "No Importa", pero versión del paro: "Si importa".
Emocionante, escuchar esa canción así es sin duda un momento mágico, porque
cierra, creo que son canciones que encontraron en este momento, en este
instante, su función en el mundo. René estaba contento, emocionado, ni el se
podía creer que la gente estaba allí no por ellos o por el evento sino por su
propia necesidad de protestar, de pelear.
Creo que OAB con los años perdió impulso, es lógico porque ya no
tienen los años de cuando arrancaron (de hecho, ya eran grandes) pero su
participación era importante, no son los necesarios, pero si alcanzaban a
mostrar algo que se debía mostrar, esa rebeldía punk que quedó huérfanos de
representantes en este paro. Lo gocé, lo disfruté, vi el pogo, cerraron con
"R.U.M.B.A".
Aunque ya me podía ir, me quedé esperando ver a Telebit.
Esta banda suena en radio comercial bastante y tiene una canción que me gusta, es
muy rock/pop pero son jovencitos y quería saber si algo dirían, esa maldita
costumbre de los precoces discursos políticos de los conciertos de hardcore, al
final no dijeron nada pero tocaron el "Baile de Los que Sobran" con Elvis de Estados
Alterados.
Telebit suena chévere en vivo, no son malos y creo que tendrían
futuro en Colombia si siguen dándole y la vida no les pone empleos y salarios buenos
en las carreras que estudian. La gente corea todas sus canciones, lo cual me
sorprende, hace parte de esas bandas de Bogotá de esta década que bien o mal
representan un sonido nuevo en esta ciudad, así sea menos duro y más light, así
tal cual, como todos nos estamos volviendo.
En medio de la presentación llegó el escenario móvil, Edson
venia despelucado mirando para todos lados, fue chévere verlo, lamente que todos
no lo vieran, él es de los grandes, grandes de verdad. De allí se bajó Krapula.
Mario se subió a la carpa como si fuera Greg Pucciato y la
gente retroalimentaba su gesto gritando arengas, el ambiente esta más cargado,
finalmente son ellos los que convocan más gente en Bogotá de todos los artistas
del concierto en todos los diferentes escenarios, y reafirmo lo que dije antes,
las canciones, esta vez las de Krapula, encontraron su lugar en el mundo en este
espacio, en este mismo momento, cuando la ciudadanía cantó con ellos lo que
desde hace 20 años gritaban solo sus seguidores.