Lo admito con vergüenza, nunca pensé que algún día viviría y escribiría sobre esto. Es muy difícil encontrar palabras en momentos como este, pero la realidad es así, irrefutable: Estuve en un concierto de Don Tetto.
Habíamos ido con @defenzorcita a reírnos de la gente que pogueaba dentro de burbujas de aire. El escenario Movil Armando de la Torre del IDEARTES, se había instalado en el parque de Cedritos y los que tocarían son “los más locales que nunca”; Don Tetto, esa banda de Pop que nunca vi, nunca me importó y no reconocería una canción jamás. Pero ahí estábamos, junto a la puerta de acceso y se me dio el chance de entrar.
Podrá ser Don Tetto, pero ¿Rechazar un pogo? ¡JAMAS!
Este es el
primer concierto al que asisto después de las cuarentenas, volver a escuchar la
música en vivo, volver a saltar al ritmo de lo que suena e intentar golpear a los
desconocidos era algo que pensé se iba a demorar mucho en volver a mi vida, y
pues así sea en burbujas, es un avance gigante.
Soy un
desastre, me pesa todo, me caigo pero no me puedo parar, la gente de logística me
levanta, el aire se me está acabando, tengo el tapabocas puesto, ya no puedo
más, terminó abandonando después de 4 canciones.
Amanecí
destruido, molido, me duele todo, como en los viejos tiempos.
