sábado, 12 de agosto de 2017

Ultrageno en el Auditorio Lumiere: La Despedida


Segunda y última noche de ultrageno en Bogotá, al menos por esta década.

Es la fecha original asignada para el reencuentro, la cual agotó boletas de manera muy rápida.

Todos los presentes en el Auditorio Lumiere esa noche están emocionados, saben que será un concierto épico, muchos llevan esperando el momento, 10 años. Nosotros apenas 24 horas, estamos exhaustos.

El concierto arranca a las 10 de la noche, cómo lo habían anunciado, puntuales. Nos toman desprevenidos, quedamos otra vez atrás.

Suenan mucho mejor, esta vez han cuadrado todo desde el principio y se nota la diferencia, la gente está súper prendida, no veo caras conocidas, nadie del día anterior. El set list es casi idéntico, exceptuando el bonus track del “Código Fuente” y la repetición de Nulo, sucedido la noche anterior.

En medio del concierto, tengo un momento de claridad, un instante de luz. La nostalgia de verlos, saber que este es un nuevo final me hace tomar nuevamente energía y decido meterme en el pogo, allá durare todo lo que resta del concierto.

El sitio es demasiado pequeño para la temperatura y esfuerzo físico de todos nosotros, seguramente no terminaremos como el día anterior, pero si ya estoy muy sudoroso.

Decido ir lo más adelante posible, es nuestra despedida y quiero cantar con Amós, estoy muy bien ubicado, está terminado Drulos y me quiero subir a la tarima, estoy listo. Esta vez no hay intro para Divino Niño, en definitiva, esta noche no pudo superar la anterior. Me logro subir a un bafle, me quiero lanzar pero como hace 10 años, mis pesadas nalgas me traicionan y me voy para atrás, solo hago el ridículo, deberé esperar otros 10 años para intentarlo nuevamente.

Chau ultrageno, los extrañe, los extrañaré, gracias por volver, gracias por compartir.

viernes, 11 de agosto de 2017

Ultrageno en el auditorio Lumiere: El Reencuentro

Entramos tarde, el lugar está lleno, pero no tanto como el sábado pasado. Eso si, el promedio de altura y edad es mucho mayor, es un concierto de gente grande como nosotros.

De nuevo estamos los 3 y nos ubicamos un poco más adelante, casi atrás, hacia una esquina, tendremos un aceptable puesto. La gente está super conectada y ansiosa, todos han venido a verlos, se les nota.

Pasaron 10 años desde que los vi por última vez, esa mini gira que me perdí y que me obligó a comprar las 2 fechas que tocaran esta década en Bogotá. Y allí estaba yo otra vez, expectante ilusionado, tranquilo esperando nuestro reencuentro.


Se oyen los primeros sonidos de la intro y el sitio se descontrola brutalmente. La gente está encendida solamente con escucharlos en vivo. “Acorde” es la primera canción, y yo me quedo frio, quieto, duro en mi posición observándolo todo, recordando y tratando de guardarlo en mi corazón y mente por siempre.

Las primeras 2 canciones fueron con cero guitarra, no sonaba a Ultrageno, yo estaba un poco fastidiado por no poder disfrutar como los demás, pero el papel de Andrés Barragán es fundamental para el sonido de la banda.

Finalmente pudieron arreglar el problema y para “Almuerzo Ejecutivo” ya todo sonaba bien, normal, ruidoso y con furia. Yo seguía quieto, en mi puesto disfrutando. Camilo iba y venía del foso, esta vez solo. Ya era la canción 8 y entre ellas nos daba indicios de la que venía, sabía que era Instante de Luz, me fui para el pogo.

Allí estaba, no tan caliente como el sábado, pero si más pesado y brutal, más fuerte. Nada que no pudiera soportar y cantar. Solo duré 3 canciones y volví a mi lugar, ya con toda la camiseta de deftones emparamada de sudor (el propio y el extraño).

Volví para “Código Fuente” y ahí si duré 11 canciones incluyendo el Bonus track del segundo y último disco de la banda (la sorpresa más grande de todas) , rompiéndome el alma y cuerpo junto a los muchachos viejos que permanecían en el mismo estado de satisfacción mío.

Descansé en "La Inconveniente" y "Drulos" (increíble) y rematé con "Divino Niño" después de una intro emocionante de Amós nombrando mi ciudad, que me llevó al centro del pogo a disfrutar ese reencuentro con la banda bogotana, que suena a Bogotá.

Salgo exhausto, cansado, realmente agotado y completamente mojado, oliendo a feo y con una sonrisa en la cara, al día siguiente lo repito y espero que sea mejor (si eso es posible).


Esto fue lo que tocaron:
 
 Intro
Acorde
La Grieta
El Reto
Almuerzo Ejecutivo
La Vocecita
El Quieto
Instante de Luz
El Rito
Pálpito
The Flor
Código Fuente
Absolutamente
(Sagrado Corazón) En vos Confío
Nuestra Fe
La Juega
No Lo Sé
La Gota
Nulo
Lo que Tengo
Ultrágeno
En vos Confío
La Inconveniente
Drulos
Divino Niño

 

lunes, 7 de agosto de 2017

La Mojiganga en el Auditorio Lumiere



Es algo molesto tener que escribir sobre este toque por ser el 1/3 enmarcados en la nostalgia y los regresos, porque si bien este blog es sobre toques sin importar el género y el porqué, llenar agosto con 3 reseñas de bandas que no están activas, me resulta injusto con aquellas que si lo están.

Sin embargo, también siento que debó la obligación primordial de este espacio, y es la de dejar registro de asistencia, sensaciones y vivencias, así que acá vamos:
 
Que concierto tan brutal dio la Mojiganga la noche del sábado 5 de agosto en el auditorio Lumiere. Y es que no era para menos, reunían]  todas las variables necesarias para hacer un exitoso show: 1. Regresaban después de 3 años sin tocar 2. Se cumplían 20 años del disco "Estúpidas Guerras" 3. Volvía Guillo.

Y justamente esa tercera variable era la que se destacó en el momento de decidir volver a ver a la Mojiganga después de tantos años. Guillo fue el fundador y voz líder de la banda durante los primeros 5 años, esos años que yo conocí su música (gracias a Seleoska) y pude apreciar sus primeros 3 discos. Aún recuerdo esa tarde del 2000 cuando mi papá nos llevó al centro en el Renalut 18 GTL después de salir del colegio y Seleoska compró el “Señalados” mientras yo compraba el “Abre”.

Guillo tenía una voz áspera y rasgada, muy característico de la banda. La primera vez que vi a La Mojí fue en el 2001, en el lanzamiento del “No Estamos Solos” en el bar Micheangelo (en la 94 debajo de la 11), esa noche era la despedida de Guillo en Bogotá. Ese día anunciaron que era el último concierto de Guillo, yo no lo entendí en ese momento, iba maravillado por ver a Natalia.

Luego los vi un puñado de veces más, pero ya no eran La Moji que conocí, sonaban diferente. La ausencia de Guillo fue fulminante para mí historia con la banda, después, cuando le cantaron una canción a los innombrables, los olvide para siempre.

Hace un par de meses vi el documental, no había nada de ese día en Bogotá, pero entendí la historia de su partida de la banda y del cambio en su sonido, él era la Moji, la que me gustaba.



El intro fue Volver cantada por Gardel, (gran idea) y arrancaron con “Vos sos todo lo que quiero” cantada al unísono por 580 personas presentes. Exacto, ni Camilo ni yo, la cantamos, esa canción está vetada en nuestras vidas. Guillo estaba en uno de los costados, no estaba Juan ni Daniel, era La Mojiganga con Guillo pero sin los demás, sentía un desconsuelo, frustración, si quería una reunión, pero completa, al fin al cabo es el “Estúpidas Guerras”