Pero es tiempo de volver, es tiempo de reencontrarnos con amigos y una escena que dominó la primera década de este siglo en Bogotá. Era momento de estar presente en el lanzamiento del disco más esperado en la historia del hc capitalino; el disco de Ataque en Contra.
Al comprar el disco en enero, me dieron la boleta #8, un fallido mal indicio de lo que sería el toque. Sin embargo, cerca de 200 personas estuvimos viendo el show en ese pequeño bar de la Av Boyacá.
Llegué muy tarde y ya estaba tocando Pitbull, entré justo para la celebración del cumpleaños del Negro (¡41!). La banda toca, están todos, los 5, la misma alineación que vimos después de la muerte de Julián PSS, eso sin duda es bastante rescatable en una escena en el que la edad juega en contra de una alineación estable. Antes de meterme al foso, compré la boleta de mi primo y reclame un nuevo cd, pero el encargado nunca me dió las vueltas (el muchachito de la entrada me ha robado COP 30.000). Esta tocando Pitbull, otra vez sin Julian, van varias canciones de su disco y las clásicas de los 90s, mi primo feliz, mis amigos también, todos nosotros felices.
Es el momento de Tiempos de Sangre, una banda nueva para mí, de la cual nunca había escuchado. Para el público no era nada nueva, todos sintonizados cantaban sus canciones bastante emocionados, tanto como las de Pitbull. Sin embargo, tuve muchos problemas con su sonido, la banda que tuvo un fantástico 2015 (incluyendo una gira por Chile y Argentina, y participación en la última versión del festival Manizales Grita Rock) se esforzó por sonar lo más duro posible, y el ingeniero no logró cuadrar correctamente el sonido por lo cual las voces quedaron disparejas y el sonido de las guitarras se llevó todo por encima. Igual la gente bailo.
Alguien avisó que ya venía Ataque, es decir que me había perdido a Distracción. Mi decepción fue corta, ya que las preguntas sobre quién sería el vocalista que reemplazaría a John Jairo, nos permitían jugar con hipótesis utópicas y descabelladas. La espera por develar el misterio no es mucha, llega el momento de conocer la nueva alineación de Ataque en Contra: Los hermanos Chavez y Klaudio permanecen, ahora acompañados de dos nuevos que no sé quiénes son. Se ven jóvenes, se ve raro, es extraño para mí, pero lo entiendo perfectamente.
Ataque arranca con todo, el nuevo vocalista no parece nervioso y nos intenta llevar por delante. Es un nuevo discurso, mucho más personal, es difícil aceptar el cambio, pero es más difícil no dejarse comer vivo por el público de Ataque y él lo logra. (Creo) Tocan en orden las primeras canciones del disco, y la gente responde muy animada. Y es que más de 20 años de historia, de canciones que hacen parte del subconsciente colectivo de la escena hardcore Colombia, se notan en como recibe el público las canciones, cantada por el que sea (porque hasta La Puya cantó un pedazo de “En El Ataque”), y termina uno bailando contagiado de la energía de todos, porque al final, Ataque en Contra está por encima de cualquiera de sus integrantes, es propiedad de todos los que hacen e hicieron parte de la escena hardcore capitalina.
Mi primera impresión al terminar y salir a la calle fue que
al vocalista le había quedado grande la banda, ¿y cómo no? ¿A quién no le
hubiera quedado grande la banda más reconocida de hardcore capitalino? Pero
luego uno escucha la historia, las razones de escoger a esta persona, la
consistencia de discurso y solo quedan las ganas de seguir viéndolos reinventarse,
de esperar un nuevo disco, con música nueva, que pueda superar este “Grandes Éxitos”.
...
Pd: Esto me recuerda cuando Ice Cube decia "You lookin' like straight bozos / I saw it comin' that's why I went
solo / Kept on stompin' / When y'all Muthafuckas moved Straight outta
Compton / You got jealous when I got my own company / But I'm a man, and
ain't nobody humpin' me" en No Vaseline
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